El 1 de marzo de 2025, el presidente Donald Trump firmó una orden ejecutiva que designa al inglés como el idioma oficial de los Estados Unidos. Esta medida marca la primera vez que el gobierno federal establece un idioma oficial para el país.
Texto de la orden: “Desde la fundación de nuestra nación, el inglés ha sido el idioma de nuestra nación, con documentos históricos como la Declaración de Independencia y la Constitución escritos en inglés” 1
La orden ejecutiva rescinde un mandato de la era Clinton que requería que las agencias gubernamentales y los receptores de fondos federales proporcionarán asistencia lingüística a personas con dominio limitado del inglés.
Sin embargo, permite que estas entidades decidan si continúan ofreciendo documentos y servicios en otros idiomas.
”Las agencias tendrán flexibilidad para decidir cómo y cuándo ofrecer servicios en idiomas distintos del inglés para servir mejor al pueblo estadounidense y cumplir con su misión.”
Según la administración Trump, el objetivo es
“promover la unidad, establecer eficiencia en el gobierno y proporcionar un camino hacia la participación cívica”.
En el texto de la orden se afirma: “Establecer el inglés como el idioma oficial no sólo agilizará la comunicación, sino que también reforzará los valores nacionales compartidos y creará una sociedad más cohesionada y eficiente”.
Además, se destaca que fomentar el aprendizaje del inglés entre los nuevos estadounidenses facilitará su integración en las comunidades y tradiciones nacionales, y les permitirá alcanzar el sueño americano.
Históricamente, aunque más de 30 estados ya habían designado al inglés como su idioma oficial, no existía una declaración a nivel federal. Intentos previos en el Congreso para establecer el inglés como idioma oficial no habían tenido éxito. Además, en 2000, el presidente Bill Clinton emitió la Orden Ejecutiva 13166, que exigía a las agencias federales identificar y atender las necesidades de las personas con dominio limitado del inglés, asegurando su acceso significativo a los servicios gubernamentales.
¿Qué pasaría si el estado decide convertir el inglés en lengua oficial en California?
California es uno de los estados más diversos de Estados Unidos, hogar de millones de migrantes que provienen de distintos rincones del mundo, especialmente de América Latina. Esta diversidad lingüística ha convertido al estado en un ejemplo de multiculturalismo, donde coexisten múltiples lenguas y culturas. Sin embargo, ¿Qué ocurriría si el inglés se estableciera oficialmente como el único idioma oficial del estado? Esta medida tendría implicaciones profundas para la comunidad migrante, tanto en lo práctico como en lo simbólico.
Uno de los efectos más inmediatos sería en el acceso a servicios básicos como salud, educación, justicia y asistencia social. Actualmente, muchas instituciones públicas en California ofrecen información y atención en varios idiomas, lo que permite que personas con dominio limitado del inglés puedan recibir atención médica, acceder a programas educativos o resolver asuntos legales.
Si el estado decide convertir el inglés en la única lengua oficial, podría reducirse o eliminarse la obligación legal de proporcionar estos servicios en otros idiomas, lo que dificultará la vida diaria de muchos migrantes. Las personas mayores, recién llegadas o con menos acceso a educación formal serían las más afectadas.
Una lengua oficial no es solo una herramienta de comunicación, sino también un símbolo de poder. Al convertir el inglés como único idioma oficial, se enviaría un mensaje simbólico de exclusión hacia quienes no lo dominan. Podría percibirse como una forma de desvalorizar otras lenguas y culturas presentes en California como el Mixteco, zapoteco, triqui, purépecha, amuzgo, y español, que es ampliamente hablado en el estado.
Esto puede fomentar actitudes discriminatorias y reforzar estereotipos negativos hacia los migrantes, creando un clima menos inclusivo y más hostil.
El sistema educativo también sufriría consecuencias importantes. Programas bilingües o de educación en la lengua materna podrían ser limitados o eliminados, lo que dificultará el aprendizaje para estudiantes que están en proceso de adquirir el inglés. Suprimir estos programas podría aumentar la desigualdad en las aulas.
Si bien aprender inglés es clave para la integración y el acceso a oportunidades, imponerlo como lengua oficial puede convertirse en una presión cultural innecesaria. Muchos migrantes ya hacen esfuerzos significativos por aprender el idioma, pero establecerlo como requisito legal podría generar ansiedad, estrés e incluso obligar a las familias a abandonar el uso de su lengua materna en espacios públicos.
“La diversidad lingüística de California no es una amenaza, es una fortaleza”, afirmó un comunicado reciente de la ACLU del Sur de California. “Imponer el inglés como única lengua oficial solo creará más barreras para quienes ya enfrentan obstáculos”.